domingo, 1 de abril de 2007

Güeno...sres. pasajero....


Los Insufribles Ambulantes de los Servicios de Transporte Público

Esta entrada está dedicada a todos aquellos seres, algunos odiosos, otros más simpáticos, pero todos insoportables e insufribles que forman parte de nuestros viajes de cada día. Con la mayoría sentimos ganas de tirarlos por las vías del tren. Sí, es medio hijo de puta lo que digo pero… quién no fue alguna vez despertado por un paquete de galletitas; a quién no le han dado una estampita siendo uno ateo? O aquellos que te entregan los stickers de Bob Esponja cuando estás charlando con tu pareja (peor aún si tu pareja te pide que se los compres), y los cantores desafinados? Infaltables aquellos morbosos que te muestran las cicatrices de sus accidentes. Si es bastante hijo de puta reírse de esto pero la idea es ver a la gente a través del humor desde otra perspectiva, expiar nuestros prejuicios y de alguna forma intentar transformar lo rutinario de lo cotidiano en algo extraordinario. Serán bienvenidas sus anécdotas a tu_anecdota_delirante@hotmail.com. Acá van las primeras…

- Nunca les llamó la atención que los exdrogadictos de los centros de rehabilitación anden en los trenes vendiendo pepas?


- Esta ocurrió en Chile; allí en algunos empleos te piden un papel de antecedentes penales y en caso de haber caído preso te jodiste. Una vez sube un tipo a un micro y contaba “…y siendo que por haber manchado mis papeles y por mi falta de cuRtura (sí, con R) es que me veo imposibilitado para conseguir un empleo…” y bla bla bla.

- Esta es medio rebuscada porque fue en la época en que estudiaba inglés, sorry man. Once I saw on a train a blind fellow selling a watch.

- De nuevo en mi querido Tren Belgrano Norte una vez subió un cantante, que tocaba la guitarra como el orto y cantaba peor, pero a su vez también venía la barra de un club del Ascenso, si no me equivoco la barra de Claypole que aparte de venir mamadísima estaban como locos cantando los temas del repertorio de Ricardo Arjona (peor, odio a Arjona) que hacía el chabón. En el vagón de al lado venía el resto de la barra cantando, gritando y haciendo un quilombo impresionante. Entonces el cantor dice: “Bueno gente linda, me despido con la última canción que la interpretaré junto con el Coro Kennedy que me acompaña[1]”.- No me olvido nunca de un cantor de música andina que siempre andaba con un discurso de liberar las mentes del consumismo, de las cadenas del imperialismo y la mar en coche hablando por celular con su mujer y escucharlo marcar tarjeta. Hasta ahí le llegó el discurso libertador.

- Para finalizar, un loco (no era yo) andaba pidiendo monedas en el andén de un tren a la gente que estaba en las ventanas. En eso el guarda da la orden de salida y el tren comienza su marcha y el loquito le grita: “Pará viejo! No ves que te me llevás a mis clientes? Me falta cobrarles a algunos todavía!”

[1] Para los que no lo conocen el Coro Kennedy es un reconocido conjunto coral de niños de la Argentina.

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